¿Qué es la osteoporosis?

Conforme va pasando el tiempo y vamos envejeciendo, vamos perdiendo progresivamente nuestra masa ósea. Suele ser más rápida en las mujeres tras la menopausia debido a un desajuste hormonal. A partir de los 40 años, el hueso empieza a descomponerse a un ritmo mayor de lo que se crea, por lo que nuestros huesos comienzan a perder su densidad.

Sin embargo, el término osteoporosis lo usamos cuando los huesos se vuelven muy frágiles y los agujeros en la estructura interna se hacen más grandes, haciendo así que la densidad sea menor y el hueso corra más riesgo de fracturarse.

Este problema es cada vez más común en nuestra sociedad, que acaba perjudicando la calidad de vida del paciente puesto que incrementa el riesgo de fracturas.

Síntomas de la osteoporosis

La dificultad de detectar esta enfermedad se debe a que la osteoporosis se desarrolla lentamente y no suelen haber síntomas hasta que el paciente se rompe un hueso o se colapsan una o más vértebras.

Los huesos afectados por la osteoporosis pueden volverse tan frágiles que las fracturas se pueden producir como resultado de:

• Caídas menores: Simplemente una caída estando de pie puede causar la rotura de un hueso que en principio no presentaba ninguna patología.
• Esfuerzos realizando tareas cotidianas como agacharse a recoger algo, coger objetos o incluso toser.

Hemos sido testigos de las fracturas por osteoporosis más comunes y entre ellas podemos destacar las de cadera y muñeca. Es probable que se produzcan fracturas por compresión en las vértebra, esto surge cuando el hueso debilitado se agrieta por la presión normal de estar en posición vertical, con lo que vemos una curvatura en la espalda de algunas personas mayores.

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Causas de la osteoporosis

Algunas de las causas por las que una persona puede llegar a desarrollar osteoporosis son las siguientes:

-El sexo. Las posibilidades de desarrollar osteoporosis son mayores en el caso de las mujeres. Esto se debe a que durante la menopausia sufren unos desajustes hormonales mayor de lo normal descompensando aun más el equilibrio entre las hormonas que fabrican material ósea y las que lo descomponen. Esto no quiere decir que los hombres no puedan acabar teniendo esta enfermedad, especialmente después de los 70 años. 

-La edad. Como es lógico, la edad resulta un factor clave a la hora de desarrollar osteoporosis. Con el paso del tiempo, la pérdida de masa ósea es más rápida y el crecimiento de óseo es más lento. Los huesos se debilitan y aumenta el riesgo de osteoporosis.

-Dieta no saludable: Si tienes un peso muy bajo o tienes deficiencias de vitaminas importantes como la vitamina D, o calcio, hay más factores de riesgo de desarrollar esta enfermedad.

-Fumar: El tabaco es altamente perjudicial, no solo para tus pulmones y para tu cuerpo en general, sino que también resulta tóxico para tus huesos. En las mujeres disminuye el nivel de estrógenos y puede provocar una menopausia precoz. En los hombres, fumar disminuye la actividad de la testosterona y esto también puede debilitar los huesos.

-Alcohol: El alcohol reduce la capacidad del cuerpo para fabricar huesos y aumenta el riesgo de fracturarse algún hueso debido a una caída.

-No hacer entrenamiento de fuerza: Los músculos y los huesos guardan mucha relación entre sí. El ejercicio con pesas favorece el desarrollo de los osteoblastos encargados de la formación del tejido óseo, y por eso es importante mantener la fuerza muscular para que se reduzca el riesgo de caídas.

Fisioterapia contra la osteoporosis (entrenamiento de fuerza)

Probablemente pienses que, si padeces de osteoporosis, hacer ejercicio está descartado de tu rutina y tu vida ya que el deporte provocará con mayor facilidad una fractura.

 Pero, ¿y si te dijéramos que ocurre todo lo contrario?

Estos son algunos de los beneficios que aporta el entrenamiento de fuerza a la osteoporosis:

• Aumenta la fuerza muscular
• Mejora el equilibrio
• Disminuye el riesgo de fracturas 
• Mejora la postura corporal
• Ayuda a mejorar el estado de ánimo

Antes de comenzar cualquier actividad o rutina de ejercicio, aconsejamos a nuestros pacientes que primero realicen varias pruebas como la medición de la densidad ósea o  como una evaluación de la aptitud física, así como una correcta evaluación del movimiento.

El entrenamiento de fuerza no se refiere únicamente al uso de pesas, sino que también incluimos bandas de resistencia o incluso el propio peso corporal. Todos estos elementos ayudan a fortalecer los grupos musculares principales, especialmente los músculos de la columna vertebral.

El entrenamiento de fuerza debe adaptarse a la capacidad y tolerancia de cada paciente, es por eso que recomendamos el asesoramiento de un fisioterapeuta o un entrenador personal licenciado en actividades físico deportivas. Nuestros profesionales te ayudarán a desarrollar rutinas de entrenamiento de fuerza adaptadas a tu cuerpo y a tus necesidades, así como a corregir la técnica de los ejercicios para evitar cualquier lesión y sacar el máximo partido a tu entrenamiento.

Si prefieres actividades aeróbicas como caminar, bailar, utilizar máquinas como elípticas o subir las escaleras ya que se adaptan mejor a tus preferencias o simplemente te gusta más hacer ese tipo de ejercicio, estas actividades también aportan beneficios cardiovasculares que potencian la salud del corazón y del sistema circulatorio.

Los ejercicios de movilidad son fundamentales para todos, incluidos aquellos que padecen de osteoporosis. Mover las articulaciones con todo el rango de movimiento ayuda a mantener un óptimo funcionamiento de los músculos. 

Los ejercicios de estabilidad ayudan a que los músculos trabajen de forma conjunta coordinada para que puedas estar más estable y sea menos probable que sufras una caída. 

Es muy importante a su vez que se realice un calentamiento antes y una vuelta a la calma después del ejercicio. Un calentamiento óptimo y orientado a la sesión de entrenamiento a realizar es fundamental para evitar posibles lesiones.

Por otro lado, es muy importante que señalemos qué ejercicios evitar en el caso de que padezcas de osteoporosis. Siempre y cuando no se haya realizado una correcta valoración por un profesional que evalúe qué ejercicios te vienen bien y cuales no.

Evitaremos ejercicios de alto impacto y giros bruscos al principio. Hasta que mediante  un entrenamiento de la fuerza adaptado a nuestras condiciones consigamos realizar este tipo de ejercicios de manera segura.

En resumen, el ejercicio es bueno para casi todas las personas con o sin osteoporosis. Sin embargo, queremos recordar que es solo una parte de todo el tratamiento. Este debe de ir acompañado de un estilo de vida saludable con alimentos abundantes en calcio y vitamina D.

Una previa evaluación física con tu fisioterapeuta será clave para descubrir las mejores formas de mantenerte en forma y sano y hacer que la osteoporosis no suponga un obstáculo en tu vida.

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